Revisando material y refrescando un poco la memoria, me encontré con una información muy buena y formativa que quisiera compartir con todos mis lectores: LOS PERÍODOS SENSITIVOS.
Sabemos por experiencia que cada personita es única, especial e irrepetible. Pero en algo coinciden todas y es en la adquisición de hábitos, destrezas o aprendizajes a lo largo de su vida. De allí la importancia de saber en qué momento específico de su desarrollo están más abiertos sus sentidos y capacidades para aprender.
LOS PERÍODOS SENSITIVOS son los momentos oportunos en los que el niño asimila con más facilidad determinados aprendizajes, períodos de tiempo en los que se puede obtener buenos hábitos y destrezas con mayor facilidad. Se les llaman sensitivos porque se refieren a los sentidos y son independientes de la voluntad de cada ser, es decir, son involuntarios.
La vida de familia ofrece múltiples oportunidades de desarrollo de buenos hábitos, de crecimiento intelectual, espiritual y físico. Es importante ayudar a nuestros hijos, alumnos, familiares... a desarrollar todo su potencial con conciencia de que lo más importante no es el coeficiente intelectual, sino qué tan bien pueden relacionar su propia vida con la verdad, el bien y la felicidad.
Fuentes: Folletos de IPEF ( http://www.ipef.com.ve/ )
Colección Hacer Familia.
Sabemos por experiencia que cada personita es única, especial e irrepetible. Pero en algo coinciden todas y es en la adquisición de hábitos, destrezas o aprendizajes a lo largo de su vida. De allí la importancia de saber en qué momento específico de su desarrollo están más abiertos sus sentidos y capacidades para aprender.
LOS PERÍODOS SENSITIVOS son los momentos oportunos en los que el niño asimila con más facilidad determinados aprendizajes, períodos de tiempo en los que se puede obtener buenos hábitos y destrezas con mayor facilidad. Se les llaman sensitivos porque se refieren a los sentidos y son independientes de la voluntad de cada ser, es decir, son involuntarios.
- Muchos autores coinciden que desde el primer momento de vida, el hijo se enfrenta a un nuevo reto: descubrir la vida, estar alerta e ir ganando autonomía, así como sentirse querido y proporcionarse de confianza; al mismo tiempo que va descubriendo la diferencia entre el bien y el mal., siempre con ayuda de puntos de referencias que le irán ampliando su zona de autonomía. (de 2 a 6 años).
- Una segunda etapa de vida de los niños (de 6 a 11 años) se le llama como etapa afectiva. Es el momento para enseñar a querer, educar el corazón, enseñando a nuestro hijo a ponerlo en aquello que vale la pena. Nos ayudará comprender que entre esas edades la capacidad de nuestros hijos estará alineada hacia lo emotivo, la fortaleza, paciencia, saber perdonar y de experimentar la exigencia cariñosa por parte del adulto.
- Aparece una tercera etapa, "la época de los valores e ideales". Especial para las edades de 11 a 15 años. Los sentidos están movidos para que los niños experimentes una vida de servicio generoso a los demás, que es un reto grande para los padres al educar en este ideal. Aquí, es el momento para reafirmar la autonomía y se predispone al adolescente a captar los valores. Ahora reclama sus argumentos y conceptos, tiene un anhelo por descubrir los por qué breves que lo impulsan a actuar; ama la coherencia y rechaza a los adultos incoherentes. Es clave enseñar el valor del dolor y del trabajo bien hecho.
- Nos ubicamos en la última etapa de los períodos sensitivos (15 a 18 años). Es la época intelectiva, es decir, el momento para enseñar a pensar, desplegar su capacidad de razonar y exigencia del joven por encontrar la verdad. Se recomienda entonces que los adultos logren un entorno en el que predomine los aspectos de: 1. formar el criterio. 2. saber enjuiciar. (distinguir el error de la verdad) 3. analizar y argumentar. 4. conseguir criterios verdaderos. 5. influir y mejorar la sociedad.
Cuadro: Por Años/Acciones propias a desarrollar |
La vida de familia ofrece múltiples oportunidades de desarrollo de buenos hábitos, de crecimiento intelectual, espiritual y físico. Es importante ayudar a nuestros hijos, alumnos, familiares... a desarrollar todo su potencial con conciencia de que lo más importante no es el coeficiente intelectual, sino qué tan bien pueden relacionar su propia vida con la verdad, el bien y la felicidad.
Fuentes: Folletos de IPEF ( http://www.ipef.com.ve/ )
Colección Hacer Familia.
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