"Tú, gracias a mí, no morirás"

Aprovechando que en unos días se acerca la celebración del día del Amor y la Amistad, le pedí a mi prima Yohanna Rueda de Dennen (esposa, mamá de 2 hermosos varones y abogada) que nos escribiera algo en lo que ella se sienta identificada y quiera ayudarnos a todos sobre las relaciones de parejas... es así como nos presenta unas hermosas palabras, consejos y reflexiones acerca del: "El Amor y el Matrimonio" y que yo ahora les comparto:

"Tú, gracias a mí, no morirás". Esta fue la frase que un hombre joven le dedicó a su esposa a los 15 años de casados y, que ella compartió emocionada conmigo en un vuelo de avión cuando regresaba de celebrar los 50 años de casados de mis papás en Venezuela. 

Esta pequeña pero poderosa frase revela una gran verdad y es que el esposo (a) es el único responsable de que su cónyuge no muera. No son los suegros, no son los hijos, no son los vecinos, no son las amistades. Son ellos! La responsabilidad es de ellos 2 y el éxito o el fracaso matrimonial recae exclusivamente en ambos.

Es bien sabido que el matrimonio exitoso no ocurre por arte magia. El matrimonio debe cultivarse para que pueda crecer y madurar. Sin embargo, cuando se toma la decisión de casarse, es importante resaltar que uno va al matrimonio a hacer feliz al otro y, la clave para lograr la felicidad de tu esposa (o) no puede reducirse al hecho de conseguir el cónyuge apropiado, sino en esforzarse con los años por ser uno mismo el cónyuge apropiado.

Yo no soy experta en matrimonio (soy una Infante con 7 años de casada. A los 7 años uno está apenas en primer grado... Jejejeje!) Pero por el gran ejemplo que he tenido en la vida matrimonial de mis papás, quisiera compartir con uds, 5 consejos que percibí durante los 50 años de casados de mis padres y quizás pueden ser de provecho a los matrimonios jóvenes:

• 1) Evitar el perfeccionamiento matrimonial. Estamos en un mundo donde todo se vende y se compra por la imagen.... Por eso en las redes sociales se conquistan más "likes" mientras más perfectos sean los esposos y si las fotos de ellos enseñan que su vida es una cena, un viaje, un atuendo, un concierto... se va transmitiendo a las nuevas generaciones una idea un poco distorsionada de lo que es la felicidad matrimonial. En el matrimonio existen los altos y los bajos. Todas las parejas se enojan, sueltan un grito, lloran, se pelean. De hecho, hay épocas donde el matrimonio no es romántico en absoluto y no hay que asustarse cuando la magia cree perderse. En esos momentos, en lugar de renunciar al otro (a) o cambiarlo por otra (o),  se trata de trabajar en equipo e intentar hacer bien el trabajo todos los días aunque cueste, aunque no se tengan ganas, aunque no se sientan las mismas mariposas en el estómago del primer día que se conocieron. 

• 2) Sinceridad a prueba de balas. Ser transparente con tu pareja es clave en la vida matrimonial porque muestra que cada uno puede confiar en el otro en los pequeños detalles de la vida.  Yo recuerdo que cuando estaba embarazada de mi primer hijo, el primer trimestre fue bastante difícil por los síntomas propios del embarazo y mi esposo me dijo: "mis papás van a pasar por la casa". En ese momento, salté corriendo de la cama, me vestí espectacular y al estar completamente lista mi esposo me dijo: "ojalá siempre te pusieras así de bella aunque mis papás no vengan". Uds se imaginan si mi esposo hubiese pensado... Ayy probrecita. La pobre se siente mal. Mejor espero a decírselo cuando nuestro hijo nazca. ¿Se imaginan? Habrían pasado nueve meses! ¿Y quién es más importante: mis suegros o mi esposo?. La sinceridad es a prueba de balas y de embarazadas!. La honestidad no causa trauma en la madre primeriza ni deforma al no nacido. No seamos dramáticas. Tenemos que ser dóciles y demostrarle al marido o a la esposa que nos puede ayudar a ser mejor SIEMPRE, en todo momento y en todo lugar. Comunicar las cosas con sencillez no sólo es un derecho sino una obligación de los esposos aunque al otro le duela, aunque no nos entienda en el momento. Hay que decirlo TODO sin espera, sin demora, sin reserva para mantener una relación saludable. 

• 3) La conquista no termina en el noviazgo. Se debe multiplicar en el Matrimonio. Cuando una persona quiere a otra se vuelve creativa, pícara, soñadora, invencible. Los detalles no se pueden perder luego del "yo los declaro marido y mujer y puede ud. besar a la novia".  Ese beso es y tiene que ser el comienzo de la verdadera conquista!. Una vez, llegó una pareja joven a pasar un fin de semana en mi casa y salen los 2 del cuarto y, el esposo saluda a todo el mundo y la esposa muda. Mi madre un poco preocupada pensando que había pasado una mala noche le pregunta al marido: ¿habrá pasado una mala noche tu mujer?. El esposo responde: "Ella hasta que no toma café.... No habla". Mi madre con sus años de experiencia le dijo: "hay que saludarse con entusiasmo aunque el café no exista. Me hacen el favor y se dan un beso de buenos días". A estos esposos ese gesto -quizás insignificante- les cambió la cara y, estoy segura que les cambió el día, el mes y la Vida!  Mis padres dicen que los detalles pequeños y desapercibidos (como llenar el tanque de gasolina del carro de tu esposo (a), hacer un desayuno sorpresa, una notica con un Te Amo en la cartera o en su billetera, despedirse con un beso, aparecerse con un helado o una flores un día cualquiera, etc) son la cafeína para mantener el amor vivo! No los perdamos de vista!  

• 4) Pedir ayuda si es necesario. Cuántas veces no vemos que cuando una pareja de novios empiezan los preparativos de su boda llaman a 10 sitios diferentes para obtener distintos presupuestos de locales, pasapalos, tortas, bebidas. De igual manera, vemos a la novia probarse 100 vestidos mientras el novio busca la corbata que combine con los colores que la novia desea; se compran 20 revistas para obtener ideas de flores, decoraciones y detalles especiales, pero a la primera dificultad matrimonial ninguno de los dos es capaz de pedir ayuda. Recientemente, leí una anécdota de una señora que decía que ella tenía una fascinación por las orquídeas pero las pobres flores en sus manos siempre morían. Su esposo cansado del gasto semanal de las orquídeas le dijo: "Mi vida te inscribí en un curso de cuidados de orquídeas. Cuando ya domines los truquitos de sobrevivencia de esta sofisticada mata... Entonces seré yo quien te compre la primera orquídea". Muy sabio el marido y muy dócil su esposa de aceptar el trato. En el matrimonio es normal que no se dominen todas las áreas y quizás en lugar de criticar al marido por no producir lo suficiente o llenar nuestra vida matrimonial de una queja constante y agotadora... Nos hace falta tomar un curso de cocina para no comer todos los días en la calle, o un diplomado en finanzas del hogar con un buen economista o administrador que nos enseñe cómo lograr que el sueldo llegue a fin de mes, o llamar a tu hermana o a los suegros para que te cuiden los niños (porque tú andas de mal humor por el cansancio y lo que necesitas es una buena siesta), etc. A veces detectamos un problemita en la relación de pareja y necesitamos de un tercero experto en la materia que nos dé luces o de alguien que nos tienda la mano en algo específico. No tienes que dominarlo todo. Tenemos que estar abiertos al aprendizaje y al crecimiento en pareja. Pedir ayuda demuestra que se quiere que el matrimonio funcione. 

• 5) Más paciencia y menos drama. Estamos en un mundo tan competitivo que todo lo que nos rodea es una constante comparadera. El matrimonio con hijos v. El matrimonio sin hijos, los niños que recitan poesía a los 2 años v. El que no pronuncia palabra a los 3 años, la pareja que vive en crucero v. aquellos que no tienen a nadie con quien dejar a los hijos, los papás multi-task v. Los que que viven quejándose todo el día en las redes sociales con 1 solo hijo que no duerme.Cada matrimonio es único y está destinado a una misión única e irrepetible en el mundo, por lo que compararse con otras parejas en lugar de ayudar  y fortalecer, crea ansiedad y frustración en el matrimonio. Ojalá tengamos la capacidad de dejar de enfocarnos en los demás y concentrar todas esas energías en descubrir el brillo y la belleza propia de nuestro matrimonio. 

La semana pasada asistí a una conferencia para matrimonios jóvenes y el ponente explicaba que la paciencia no es esperar a que las cosas ocurran. La paciencia es una virtud que se demuestra a través de la actitud que tomamos mientras las cosas que deseamos suceden. Por tanto, las 3 peores reacciones en el matrimonio son: enfadarse, desanimarse y dejar de luchar. 

El matrimonio es lucha con optimismo, es conquista sin desaliento, es superar obstáculos con señorío. Ojalá cada uno de nosotros, en esta víspera del día de los enamorados, podamos preguntarle a nuestro compañero (a) de vida ¿qué cosas podemos mejorar? ¿Cuáles otras cosas nos gustaría mantener en la relación? Y, que nuestro compromiso y actitud sean demostrados con detalles diarios, infinitos, sin contabilidad, de manera tal que 

"Él o Ella, gracias a Ti, nunca muera".

Yoha R. de Dennen.